Micaela Romanini fue una figura prominente de la alta sociedad italiana, admirada por su belleza y elegancia. Nacida en 1969, saltó a la fama tras casarse con un acaudalado empresario, convirtiéndose en una reconocida socialité, a menudo comparada con Paris Hilton.
Preocupada por el envejecimiento, Micaela comenzó tratamientos cosméticos a mediados de sus 30. Lo que empezó como pequeñas mejoras pronto se convirtió en una obsesión, y su apariencia cambió drásticamente con el tiempo. Impulsada por el miedo a perder a su esposo por alguien más joven, continuó sometiéndose a cirugías.
A medida que la atención pública se tornó crítica, Micaela se retiró del foco de atención. Finalmente, su esposo la abandonó y ella optó por una vida más privada, lejos de la fama.