Una niña nació con manchas faciales; años después, su transformación dejó a todos atónitos

El embarazo de Rebecca Callahan en 2012 fue complicado y provocó un parto prematuro.

Al nacer, su hija Matilda tenía un gran moretón en la cara, que los médicos inicialmente confundieron con un hematoma. A los 30 minutos, se dieron cuenta de que era una marca de nacimiento.

A las dos semanas de edad, a Matilda le diagnosticaron el síndrome de Sturge-Weber, una rara enfermedad neurológica que puede causar parálisis, convulsiones y dificultades de aprendizaje.

También tenía dos agujeros en el corazón. Su salud se deterioró rápidamente y sus padres temieron por su vida. A pesar de las adversidades, Matilda sobrevivió a una cirugía crítica y comenzó tratamientos con láser para su marca de nacimiento, un proceso que podía durar años.

Aunque los procedimientos eran dolorosos y los extraños a menudo la miraban fijamente, Matilda siguió siendo una niña feliz y resiliente.