Desde el nacimiento de Tom en 1993, su familia lo sintió especial. Pero nunca imaginaron que se convertiría en un misterio médico.
Incluso antes del nacimiento, las ecografías revelaron anomalías, lo que dejó a sus padres con la incertidumbre de continuar con el embarazo. Finalmente, decidieron seguir adelante.
Cuando Tom llegó, sus padres se quedaron atónitos: su cuerpo estaba cubierto de una cantidad inusual de piel sobrante. Los médicos estaban desconcertados. Sin diagnóstico ni tratamiento, solo podían esperar que se adaptara a su piel.
Los científicos estudiaron su caso durante más de dos meses y finalmente descubrieron una conexión sorprendente: la condición de Tom se asemejaba a las características de la piel de los cachorros de shar-pei. Su cuerpo contenía 100 veces el nivel normal de ácido hialurónico, una sustancia que disminuye con la edad de los shar-pei. Los médicos esperaban que a Tom le ocurriera lo mismo, y así fue.
Crecer no fue fácil. Sufría burlas, pero su confianza nunca flaqueó. Con el tiempo, su condición se atenuó y encontró aceptación entre sus amigos.
Ahora, con 28 años, Tom vive feliz en Melbourne con su esposa, Hannah. Vive la vida plenamente, y una vez dijo: «La vida es simple. Tomas una decisión y no miras atrás». Cuando le preguntaron qué cambiaría de sí mismo, su respuesta fue simple: «Probablemente nada».
