Pauline Potter, nombrada en una ocasión por el Libro Guinness de los Récords como la “mujer viva más pesada del mundo”, sorprendió al mundo al perder más de 230 kilogramos y recuperar su vida.
Con un peso máximo de 310 kilogramos, Pauline dependía de un scooter eléctrico de movilidad y necesitaba ayuda con las tareas diarias. Irónicamente, su aumento de peso extremo comenzó después de que su marido admitiera que prefería a las mujeres más pesadas. Pero a medida que su salud se deterioraba, Pauline se dio cuenta de que era necesario un cambio.
“Solía amar estar gorda, pero fue demasiado lejos”, confesó en “Mi vida con 270 kilogramos”, que documentó su trayectoria. El punto de inflexión se produjo tras el reconocimiento oficial por parte de Guinness. Esto la impulsó a contactar al Dr. Nowzaradan para consultarlo y comenzar un programa de pérdida de peso.
Con cirugía, disciplina y un cambio de estilo de vida, Pauline logró una transformación notable. El Dr. Now elogió su progreso y enfatizó que el cambio real no proviene sólo de la cirugía, sino de la dedicación.
Hoy más sana e independiente, la historia de Pauline continúa inspirando a otros a creer en el poder del cambio y la perseverancia.